Esta casa tiene historia
Monroe 2765, en el barrio porteño de Belgrano. Una puerta de hierro blanco, una escalera de mármol, una reja, otra puerta de madera y al final de la escalera, un salón y un patio.
Año 1968, Patricia Sotkoe recorría el barrio en su viejo DKW buscando un edifico apropiado para fundar su propio estudio. Encontró esta antigua casona, un PH en altos, en la que vivían tres ancianas en tres piezas contiguas a un pasillo. Monroe, hoy una transitada avenida, era aún una calle.
Con ayuda del ingeniero Alex Schächter, tiraron las paredes entre los cuartos para crear el salón con su puerta corrediza, salón cuyo tesoro es el antiguo piso de roble al que se entra siempre descalzo y se mantiene lustrado a la vieja manera, con cera, lustradora y el deslizar y rolar de nuestros propios cuerpos! Así nació el que fuera el Estudio de Patricia Stokoe.
En sucesivos equipos docentes se formó y dió cursos, seminarios y talleres a infinidad de alumnos de todas las edades, abarcando sucesiva y simultáneamente tres generaciones.
Esta casa ha recibido la visita de educadores, artistas, músicos y bailarines tanto de nuestro país como del exterior.
Durante 20 años se desplegó el Profesorado de Expresión Corporal de Patricia Stokoe en el que se formaron unos 50 docentes, muchos de los cuales trabajan actualmente en diversos puntos del país y del exterior.
En el año 1996, ante el fallecimiento de Patricia, sus hijas deciden mantener este espacio abierto el cual actualmente sigue siendo un lugar de creación, investigación y formación para todas las edades en manos de su actual equipo docente.
Junto con el dictado de cursos y talleres aquí se realizan ensayos de obras de danza, recitales de música clásica, folklórica y jazz, muestras y proyecciones de cine.
Es ciertamente «una casa habitada»!
Kalmar Stokoe 